Productores agrícolas buscan convertirse en proveedores directos de las empresas mineras para enfrentar la difícil situación del agro en San Juan.
En medio de una profunda crisis que golpea al sector agropecuario, la Asociación de Chacareros Temporarios de San Juan presentó una propuesta al Gobierno provincial y a las empresas mineras para que la producción local sea la principal fuente de abastecimiento alimentario en los campamentos mineros.
La iniciativa, que se enmarca en el proyecto de Ley de Desarrollo de Proveedores Sanjuaninos, apunta a revertir una situación que preocupa a los productores: la mayoría de los alimentos consumidos por la minería provienen de Mendoza, dejando a los agricultores sanjuaninos fuera de un mercado potencialmente clave.
Sergio López, presidente de la asociación, explicó que la propuesta fue entregada al secretario de Agricultura, Ganadería y Agroindustria, Miguel Moreno, y que ahora buscan avanzar en reuniones con representantes del sector minero. “Queremos que toda la producción que se consuma en los campamentos mineros sea sanjuanina, no solo la del mercado concentrador”, afirmó López.
La crisis del agro en San Juan se ha profundizado por altos costos de producción, baja rentabilidad y condiciones climáticas adversas, lo que ha puesto en jaque a numerosos productores. En este contexto, la minería aparece como una oportunidad para dinamizar la economía regional, generando demanda y estabilidad para el sector agrícola.
Desde el Ministerio de Producción, Innovación y Trabajo se están gestionando los primeros acercamientos con las empresas mineras. Aunque aún no hay fecha definida para una reunión formal, la propuesta fue bien recibida por las autoridades, que ven en ella una posibilidad de fortalecer el compromiso social de la minería con la provincia.
“Todas las industrias están peleando para que lo que más se ocupe sea mano de obra y productos sanjuaninos, y queremos ser parte también de esto”, remarcó López.
De concretarse, los productores tendrían acceso a un mercado seguro y de gran volumen, lo que les permitiría planificar a largo plazo y obtener precios más justos. Para las mineras, significaría reducir su huella de carbono y reforzar su vínculo con la comunidad local.
