En el juicio, la científica dijo que Amarfil era «homofóbico» y no aceptaba que ella era lesbiana y tenía pareja estable con una mujer desde hacía cuatro años.
La Justicia sanjuanina encontró este lunes culpable, por decisión unánime, a Luciana Bustos, investigadora del CONICET, por el asesinato de su amigo Marcelo Amarfil durante un juego sexual. Bustos fue condenada por homicidio agravado por el vínculo, delito que contempla la pena máxima: prisión perpetua.
Los jueces resolvieron no incorporar el agravante de alevosía, a pesar de que tanto la fiscalía como la querella lo habían solicitado en sus alegatos finales. Según ellos, estaba probado que Bustos había actuado con total dominio de la situación: la víctima se encontraba esposada y con los ojos cubiertos por un antifaz, lo que lo dejaba completamente indefenso y a merced de la acusada. Para la acusación, esa condición demostraba una conducta alevosa, pero el tribunal no coincidió.
Durante la lectura del veredicto, la sala permaneció en silencio. Bustos, visiblemente afectada, pronunció sus últimas palabras antes de conocer la sentencia: “Agradezco a mi familia por el cariño. Siento un profundo dolor por los familiares de Marcelo. Quiero abrazar a Graciela (su hermana). Sigo sosteniendo mi inocencia”.
El caso
El 17 de enero de 2024, en una oscura calle de Las Chacritas, Marcelo Amarfil fue encontrado muerto, desnudo, con unas esposas de cuero, al costado de un Ford Fiesta. La única sospechosa era Bustos Sánchez, quién incluso fue quien alertó a dos policías que hacían rondas, diciendo que su amigo había muerto.
Sobre los elementos de un presunto juego sexual -antifaz, esposas, pastillas de viagra y alcohol- que había en el auto, la acusada dijo que fue su «amigo» (por Amarfil) quien «llevó eso y que lo primero que hizo fue atarla a ella con las esposas».
Sin embargo, para los jueces Guillermo Adárvez, Gerardo Fernández Caussi y Matías Parrón se trató de un homicidio calificado.
Quién es la condenada
Luciana Bustos es licenciada en Historia y tiene un cargo como investigadora del Conicet, en la sede la Universidad de San Juan.
Con Amarfil eran amigos desde hacía seis años. Se conocieron en un gimnasio, de ahí nació una relación de confianza. Ella le prestaba el auto en forma habitual.
En su declaración en el juicio, la científica dijo que Amarfil era «homofóbico» y no aceptaba que ella era lesbiana y tenía pareja estable con una mujer desde hacía cuatro años.
Bustos mencionó el cariño que le tenía a Amarfil, dijo que mantenían una amistad con complicidad, mismos gustos musicales y códigos propios. «Éramos un bloque», aseguró.
En cambio, Graciela Amarfil, hermana de Marcelo, asegura que tenían una relación sentimental y eran novios. «Ella venía todas las noches a casa y tomaba mate con mi hermano», contó. Y admitió que Luciana fue muy importante en el apoyo que recibió su hermano durante la enfermedad y posterior muerte de su madre.
