Con la presencia del gobernador Marcelo Orrego, el Gobierno de San Juan celebró el 209° aniversario de la Independencia con una velada artística que emocionó al público y puso en valor la cultura local.
En una noche colmada de emoción, arte y profundo sentido patriótico, el Auditorio Juan Victoria fue escenario de la tradicional Gala de la Independencia, organizada por el Gobierno de San Juan para conmemorar el 209° aniversario de la Declaración de la Independencia argentina.
El gobernador Marcelo Orrego encabezó el acto, acompañando a cientos de sanjuaninos que se dieron cita para rendir homenaje a la Patria en una velada que combinó música, danza y sentimiento nacional. La gala, de entrada libre y gratuita, fue impulsada por el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte a través de la Secretaría de Cultura y sus distintas direcciones.
Desde las 20:30, el hall principal del Auditorio se transformó en un escenario vivo con una intervención de danza folclórica que dio la bienvenida al público y anticipó el clima festivo de la jornada. Luego, en la sala principal, se desarrolló el espectáculo central, protagonizado por el reconocido grupo Los Videla, con la participación especial de Los Puneños como artistas invitados.
La emoción se intensificó con las interpretaciones de tres destacadas voces sanjuaninas: Eli Domínguez, Nicolás Olivieri y Orlando Tejada, quienes aportaron su talento y sensibilidad a una noche que reconectó al público con uno de los hitos más trascendentales de la historia argentina: la firma del Acta de Independencia en 1816.
El evento no solo fue una celebración de la historia nacional, sino también una muestra del compromiso del Gobierno provincial con el fortalecimiento de la cultura local. En palabras de los organizadores, la gala buscó “reafirmar los lazos entre la memoria colectiva, la identidad sanjuanina y el arte como vehículo de expresión y pertenencia”.
Con una sala colmada y un público visiblemente emocionado, la Gala de la Independencia 2025 se consolidó como un espacio de encuentro, reflexión y orgullo patrio, en el que la cultura volvió a ser protagonista.