La jefa de Homeland Security de Estados Unidos compartió una jornada de alto perfil político y simbólico con el gobierno argentino. Hubo acuerdos migratorios, cabalgata con Bullrich y un almuerzo bien criollo en Campo de Mayo.
Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos y figura clave del gobierno de Donald Trump, realizó este lunes una visita relámpago a la Argentina que combinó diplomacia, acuerdos estratégicos y gestos de cercanía cultural. Tras reunirse con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada, la funcionaria participó de una jornada en la Guarnición de Gendarmería en Campo de Mayo, donde compartió actividades con los ministros Patricia Bullrich y Gerardo Werthein.
El encuentro tuvo como eje la firma de acuerdos bilaterales para avanzar en la inclusión de Argentina en el Programa Visa Waiver, que permitiría a los ciudadanos argentinos ingresar a EE.UU. sin necesidad de visa. Noem aclaró que, aunque el proceso ya está en marcha, “sería muy difícil que se concrete en menos de un año”.
Además del acuerdo migratorio, se rubricaron documentos para el intercambio de información y antecedentes penales, y se discutieron políticas conjuntas en materia de narcocriminalidad y terrorismo.
La jornada tuvo también un fuerte componente simbólico: Noem, exgobernadora de Dakota del Sur y criada en un entorno rural, montó a caballo junto a Bullrich por el predio de Campo de Mayo. Luego, compartieron un asado criollo con vacío, pecho de cerdo y achuras, cocinado a leña de quebracho y espinillo. Antes del almuerzo, un grupo folclórico local interpretó una zamba y una chacarera, que la funcionaria celebró con entusiasmo.
Durante toda la actividad, el canciller Werthein ofició de traductor y enlace diplomático. “Es importante para nuestras economías, pero también para la seguridad de ambos países saber quién viaja”, expresó Noem ante la prensa, destacando el espíritu de cooperación bilateral.
La visita de Noem se enmarca en una serie de gestos de acercamiento entre la administración Trump y el gobierno de Milei, con quien comparte afinidades ideológicas. La jornada en Campo de Mayo buscó reforzar ese vínculo con una puesta en escena que combinó política, tradición y estrategia.
